Sin dudas, contar con líderes de equipo que posean inteligencia emocional es uno de los más valiosos recursos para mejorar tanto el desempeño del personal en sus tareas laborales, así como también para fortalecer su independencia y valores personales.
No es ningún secreto que el crecimiento de la inteligencia emocional resulta en una mayor sensación de felicidad, esperanza, confianza en uno mismo, razonamiento adecuado y demostración de conductas positivas hacia los demás. Es por esto que las organizaciones exitosas como Google aspiran a que todos sus líderes y empleados las desarrollen plenamente.
La importancia de inteligencia emocional para los líderes
La capacidad de reconocer y manejar las emociones de manera efectiva, evitando el estrés y siendo consciente del impacto de nuestras palabras y acciones en los demás, es conocida como inteligencia emocional.
Es un hecho conocido que la inteligencia emocional es esencial para ser un buen líder. Saber conectar con tus propias emociones y las de los demás, así como tener claridad en diferentes situaciones, puede marcar la diferencia al dirigir a un grupo.
El liderazgo hábil se caracteriza por cinco cualidades importantes: saber quiénes somos, controlar nuestras acciones, entender a los demás, manejar bien nuestras relaciones interpersonales y ser claros al comunicarnos.
Es posible desarrollar la habilidad de ser emocionalmente autónomo al conectarte con tus sentimientos primarios, aceptarlos y comprender cómo influyen en tus elecciones y comportamiento.
Conectar los comportamientos y desafíos que involucran la inteligencia emocional con el desempeño en el trabajo resulta beneficioso para formar un equipo sobresaliente. La falta de comunicación efectiva es uno de los principales motivos que causan dificultades para retener a los empleados, generando desconexión y dudas en el entorno laboral.
Cuáles son los riesgos de un liderazgo sin inteligencia emocional en un equipo de trabajo
Un líder que no posee habilidades emocionales para entender a su equipo no logra satisfacer las necesidades, deseos, y expectativas de quienes lidera de manera efectiva. Aquellos líderes que actúan esencialmente por impulsos emocionales pueden generar desconfianza en su personal y amenazar seriamente la relación laboral que tienen.
Mostrar emociones descontroladas puede dañar la moral general, las actitudes y el aprecio por la empresa y sus objetivos. Los líderes efectivos deben tener una buena autoconciencia y entender el impacto que su manera de comunicarse puede tener en su equipo.
¿Qué habilidades de inteligencia emocional se necesitan para ser un buen líder?
Si deseas entender qué habilidades de inteligencia emocional son necesarias para liderar con éxito, puedes detenerte a pensar los siguientes aspectos.
- La autoevaluación es fundamental, y esta implica la habilidad de identificar cómo nos sentimos, nuestras fortalezas y debilidades, lo que valoramos y lo que nos impulsa, así como entender cómo esto afecta a los demás.
Sin tomarte un tiempo para pensar, será difícil entender tu verdadera identidad, tus motivos para tomar decisiones, tus fortalezas y debilidades. Para alcanzar tus metas, necesitas creer en ti mismo y reconocer tanto tus virtudes como tus defectos. Aquellos que conocen bien su identidad y sus metas pueden progresar de forma constante.
- Controlar nuestras emociones y adaptarnos a situaciones cambiantes es esencial para mantener la disciplina en un equipo y lograr avances positivos.
Es vital que los líderes se mantengan serenos en momentos de estrés. La tranquilidad es muy importante en situaciones de liderazgo. Si te mantienes positivo y con la mente clara, podrás comunicarte de forma efectiva con tu equipo, evitando que el pánico se propague.
- Posibilidad de entender los sentimientos de otra persona y sentir compasión por su sufrimiento.
Esta capacidad nos permite imaginar cómo reaccionaría alguien frente a ciertas circunstancias. La compasión surge como respuesta natural al deseo de asistir a quien está pasando por dificultades.
Mientras más interactuemos con los demás, más podremos comprender qué les impulsa o les incomoda.
- Construir relaciones significativas es otro punto importante.
Si estás ocupado todo el tiempo, es difícil conectarte de verdad con los demás. A pesar de tener una vida ocupada y muchas responsabilidades, es fundamental promover la construcción y el mantenimiento de relaciones saludables y provechosas en tu vida para mejorar tus habilidades emocionales.
Para liderar un equipo con éxito, es fundamental poder comunicarse claramente y mantener relaciones positivas entre sus miembros.
- La interacción eficiente o la comunicación efectiva es una pieza clave para los liderazgos éxitosos.
La razón principal por la que surgen conflictos entre la gente suele ser la mala comunicación y los malentendidos. En un ambiente laboral, no poder expresarse claramente puede generar agobio, descontento y desorientación entre los trabajadores. Sin embargo, cuando se logra una comunicación eficaz, se pueden superar barreras y fortalecer las relaciones laborales.
Cuando los trabajadores comprenden su posición dentro de una compañía y ven cómo contribuyen al éxito y dirección en general, se sienten valorados y satisfechos. Una comunicación efectiva fomenta la cohesión y un entendimiento compartido de metas.
La inteligencia emocional es vital para alcanzar metas, fortalecer vínculos laborales esenciales y fomentar un entorno laboral y una cultura organizacional saludables y eficientes.
Belén Stettler, oriunda de Río Gallegos, Santa Cruz, Argentina, cuenta con 35 años y es Licenciada en Ciencias de la Comunicación Social por la Universidad de Buenos Aires (UBA). A lo largo de sus 13 años de trayectoria en comunicación política, ha trabajado como consultora en Buenos Aires, especializándose en estrategia, investigación y comunicación directa. Ha dirigido equipos de comunicación en diversas campañas. Su experiencia incluye roles importantes en la Obra Social del Personal de Seguridad Pública de Buenos Aires, la Vicejefatura de Gobierno de Buenos Aires, Claves Creativas, Ford Argentina y AkzoNobel, iniciando su carrera en Grupo Suessa Organización Empresaria.
