Cómo adaptar nuestro mensaje al tipo de comunicación favorita de nuestro interlocutor

Adaptar nuestro mensaje al tipo de comunicación favorita de nuestro interlocutor es una habilidad esencial en la era moderna de la información y la comunicación. En un mundo donde las interacciones pueden ser tan diversas y complejas, desde correos electrónicos formales hasta conversaciones informales en redes sociales, entender y utilizar el estilo de comunicación preferido de la otra persona puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso. 

Cada individuo tiene una forma favorita de comunicarse, el aplicarla puede mejorar la transmisión de la información. Al adaptar tu estrategia a los diferentes estilos comunicativos de los demás, te vuelves un comunicador más competente. Aunque requiere práctica, ésta técnica te ayudará a tener mayor efectividad al expresarte.

1. Analítico

Un comunicador analítico valora los hechos y cifras. Busca datos concretos y descarta las declaraciones emocionales por ser imprecisas o poco relevantes.

Por ejemplo, prefieren una declaración detallada con porcentajes acerca del incremento de las ventas y la proyección de superar previsiones en lugar de afirmaciones generales sobre el éxito en las ventas.

Antes de hablar con personas así, asegúrate de investigar. Comparte los datos primero y luego haz tu solicitud.

El beneficio que brinda tener un comunicador analítico es su habilidad para analizar problemas de manera lógica, sin dejarse llevar por emociones. Si este tipo de comunicador no está desempeñando bien su trabajo, es posible mostrarle evidencia concreta de sus áreas de mejora y estarán dispuestos a trabajar en eso.

El problema radica en que podrían parecer distantes o neutrales. Esto podría crear incomodidad en sus compañeros o desestimar a aquellos que no se expresan de forma similar.

Esta situación puede causar complicaciones en equipos con diferentes formas de comunicación, como los comunicadores personales. Igualmente, podría perderse mucho tiempo enfocándose en detalles innecesarios, lo que lleva a una tardanza en resolver problemas importantes y perder oportunidades.

2. Intuitivo

Un comunicador intuitivo siempre mira el panorama completo. Tiende a evitar perderse en los pequeños detalles de una tarea y opta por abarcar todo con una mirada general.

Tienen buena visión general y suelen llegar rápido a decisiones, aportando a veces excelentes sugerencias sobre cómo finalizar un proyecto de forma exitosa.

Esta persona ve rápido lo que está sucediendo y piensa en resolver problemas sin esperar órdenes. Suelen tener ideas nuevas y les gusta resolver desafíos para mejorar.

La impaciencia a veces causa errores. Los comunicadores intuitivos prefieren omitir detalles aburridos, pero al hacerlo, podrían perder datos importantes. Se molestan al tener que explicar en detalle a otros comunicadores.

3. Funcional

El comunicador funcional es opuesto al comunicador intuitivo. En lugar de confiar en la intuición, prefiere seguir cada paso del proceso detalladamente y eventualmente organizando todo de manera ordenada hacia la conclusión.

Son minuciosos, poseen la habilidad de identificar qué pasos resultarán más efectivos para lograr el éxito y son dignos de confianza para elaborar programaciones prácticas, asignar trabajos y supervisar proyectos.

Cuando interactúes con un comunicador funcional, debes estar bien informado. Ellos buscarán todos los detalles sobre el proyecto. No te dejes llevar por métricas, emociones o conceptos vagos, sino llega con el proyecto bien organizado y listo para revisarlo.

Un comunicador eficaz se destaca por prestar atención a cada detalle, evitando pasar por alto pasos clave. Se enfocan en completar los proyectos con facilidad al entender intuitivamente lo que se necesita para lograrlos. Su meticulosidad es clave para garantizar el éxito de cualquier proyecto.

El problema radica en que su enfoque constante en el procedimiento, centrados en cada fase, puede llevarlos a descuidar el objetivo general y no cumplir las metas reales del proyecto.

El estilo detallado y lento del comunicador funcional puede resultar aburrido para la audiencia, especialmente si se une con un comunicador intuitivo. Estos tipos de comunicadores son muy distintos y a menudo chocan entre sí. Sin embargo, si se maneja correctamente, el comunicador funcional puede encargarse de los detalles específicos de un proyecto mientras que el comunicador intuitivo se enfoca en la visión general.

4. Personal

El comunicador interpersonal es completamente opuesto al comunicador analítico en esta gama de estilos de comunicación.

Gusta de expresar sus emociones y le da importancia a mantener una conexión cercana con los demás, mostrando interés por los sentimientos de sus compañeros además de sus pensamientos. Suele ser amigable, colabora en la resolución de disputas y busca maneras amigables de abordar los desafíos dentro y entre departamentos.

La ventaja de este enfoque radica en permitir al comunicador estrechar lazos fácilmente con sus compañeros. Su principal enfoque es fomentar la unión y generalmente se encarga de resolver problemas de comunicación cuando surgen dificultades.

Este método de comunicación puede resultar difícil de manejar por algunos, ya que puede ser percibido como demasiado emocional. Los comunicadores que prefieren análisis y datos podrían ignorar las opinions de los comunicadores más emotivos, lo cual podría generar conflictos y descontento.

La comunicación se clasifica en diferentes estilos que van desde el análisis puro hasta la funcionalidad total, y las personas suelen combinar estos diferentes estilos de comunicación según la situación y las circunstancias. Nadie se limita a un solo estilo, sino que pueden alternar entre estilos principales, secundarios e incluso terciarios.

En términos generales, combinar diferentes estilos de comunicación mejorará su equipo. Cada estilo tiene sus ventajas y desventajas, por eso es importante tener una variedad para evitar fallos importantes.

Un equipo sin variedad, sea solamente analítico o puramente intuitivo, se verá limitado en su capacidad de actuar con eficacia. Los analistas pueden perderse en la constante verificación de datos sin tomar medidas, mientras que los intuitivos podrían tener una visión completa pero carecer del proceso para hacerla realidad, perdiendo interés y relevancia en el camino.

Si cuentas con todos los miembros del equipo, puedes tener una perfecta combinación de personas que generan, evalúan, implementan ideas y resuelven problemas cuando sea necesario.