Presentaciones poderosas: cómo captar la atención y no soltarla

Hablar en público tiene sus secretos: no solo basta con ser un orador atractivo, tener un buen lenguaje corporal y una historia atrapante. 

Los 10 pasos que te compartimos harán que tu presentación sea ordenada y eficaz. 

Hacer una investigación previa:

Aunque la temática a presentar sea algo que dominamos, no está demás hacer un research mientras estamos preparando la presentación. Siempre habrá citas, anécdotas, datos que sumen y hagan que lo que vamos a entregar al público tenga la densidad adecuada. Y a su vez, si se lee y se sabe más del tema se tiene mucha mayor confianza al momento de hablar de él y sobre todo ante un gran público. 

Que la estructura sea bien clara:

El típico relato con una introducción, una serie de puntos destacados y una conclusión es el que nunca falla, en esto no hay por qué ser creativos. Apegarse a la forma clásica garantiza el éxito.

Si presento mi historia estructurada de esa forma voy a tener más chances de que la audiencia quede satisfecha porque no ha tenido que realizar mayor esfuerzo en seguir el hilo. 

Cabe aclarar que a esos puntos que voy a desarrollar es importante agregarle información de refuerzo, que apoye teóricamente las ideas que presento. 

Enganchar al auditorio desde el principio:

Hay varias formas de captar a la audiencia: Puede ser una pregunta que los sacuda, una frase que llame mucho la atención o una anécdota inspiradora. 

Este momento es crucial porque ya se empieza con la atención del público y de ahí en más todo el esfuerzo es menor. De lo contrario, el orador deberá esforzarse cada vez más por captar ese interés.

Que el contenido sea interesante:

Es muy importante que la audiencia no se sienta defraudada. Muchas veces nos pasa que acudimos a una presentación y salimos con sensación de vacío, de haber perdido el tiempo. No queremos que nuestro público sienta eso. Preparemos bien el tema y estemos seguros que coincide con el título de nuestra ponencia. 

Acompañarlo con estímulos visuales adecuados:

Muchas veces quienes tienen que dar una presentación se enamoran de los slides y usan decenas de imágenes, cuadros, gráficos de torta que no hacen otra cosa que aportar confusión. O, por el contrario, hay quienes optan por acompañar su presentación con slides tan aburridos que hubiese sido preferible no mostrarlos.

El acompañamiento visual debe ser justo, moderado, preciso, atinado. Si está es para reforzar una idea, sino mejor no usarlo. 

Que el lenguaje sea claro: 

La forma de dirigirse al público debe ser clara, simple, concisa. Hay que evitar términos muy del nicho de la disciplina y usar palabras claras de manera tal que todos puedan entenderlo. 

Hacer participar a la audiencia:

Construir la presentación de manera tal que estén contemplados momentos de interacción con el público. 

Lanzar preguntas a los participantes, elegir alguno como “copresentador” para algunos de los momentos,  hacerlos jugar. 

Hay presentaciones que pueden contener algún tipo de trivia para interactuar con la audiencia y eso debe aprovecharse aunque sin abusar. 

Que el relato sea consistente: 

Captar la atención de la audiencia tiene sobre todo, con contar una buena historia. Y una buena historia no solo tiene que estar bien estructurada sino que su contexto, su clima, la puesta en escena del que está hablando debe ser cautivadora. 

No hay que dejar de lado ni por un momento ante quiénes estamos hablando y qué tipo de historia se quiere contar. Es fundamental establecer una conexión emocional con la audiencia, de este punto depende su éxito. 

Mantener buen ritmo:

Ni tan rápido ni tan despacio. No es aconsejable quedarse mucho tiempo en un slide ni tampoco pasarlo en tan poco tiempo como para que el público no sea capaz de ver sus datos. Si bien son aconsejables algunos momentos más potentes para captar la atención, mantener el buen ritmo generalizado es una de las claves para una presentación exitosa. 

Entregar un final potente:

Haciendo un resumen de todo lo recorrido, un final muy arriba es altamente recomendable porque eso marca cómo saldrá la audiencia luego de haber escuchado la presentación. Que salgan del auditorio con un llamado a la acción, inspirados, con ganas de haber cosas y/p satisfechos de todo lo que han aprendido al escuchar la ponencia. 

Una buena presentación, como puede apreciarse, no es algo que se pueda armar a la ligera. Respetar estos pasos es fundamental para poder entregar un buen material a la audiencia. Y no está mal chequearla previamente con amigos, familia o colegas para que nos den una devolución y no tener dudas en hacer ajustes que se crean necesarios a raíz de esas apreciaciones. 

Tampoco hay que olvidarse de afinar detalles que no tienen que ver con el contenido de la presentación pero si fallan pueden ser un fracaso: La tecnología debe jugar de nuestro lado. Tener todos los temas logísticos aceitados o dejarlo en manos de expertos es fundamental para poder enfocarse al 100% en lo que se quiere transmitir al público.