Cuáles son los 5 estilos de comunicación 

Los cinco estilos de comunicación principales son: asertivo, pasivo, agresivo, pasivo-agresivo y manipulador. Cada uno de estos estilos se distingue por cómo las personas expresan sus pensamientos, sentimientos y necesidades en sus interacciones con los demás.

Ciertas ocasiones demandan ciertos estilos de manejo, algunos pueden resultar más efectivos con un trabajador en particular que con otros.

Las personas cambian su manera de hablar dependiendo de quién estén hablando, combinando diferentes estilos además del habitual.

Utilizar el mismo estilo para comunicarse con todos en el trabajo no tiene sentido. Hay estilos más efectivos que otros, por lo que es importante ser flexible en la forma de comunicarse.

  1. El estilo de comunicación asertivo 

Este es el tipo que se considera altamente efectivo. Aquellos que lo utilizan confían en sus opiniones sin menospreciar a los demás. Buscan el diálogo por el consenso y la escucha, no por la manipulación. Normalmente, tienen una autoestima sólida y evitan comunicarse de manera pasiva o agresiva.

Una característica clave de comunicación asertiva es expresar tus sentimientos claramente utilizando cosas como “Yo siento que al interrumpirme en la reunión perjudica mi experiencia”, en vez de decir “Debes quedarte callado en las reuniones con clientes, porque siempre me cortas lo que estoy diciendo”.

Se aconseja usar este tipo de comunicación en la mayoría de las empresas. Mantener la calma, la moderación y un enfoque positivo permite resolver conflictos y encontrar soluciones mediante una comunicación asertiva.

  1. Comunicador agresivo. 

El modo de comunicarse más agresivo implica ser hostil y amenazante con la intención de dominar la interacción. Quien adopta esta actitud suele actuar como si su opinión fuera la única relevante en la conversación, sin importar el mensaje que intenta transmitirse.

Este tipo de comunicación puede generar sentimientos de inferioridad, opresión y miedo en las personas.

En ocasiones, algunas personas pueden reaccionar de manera automática a un comunicador agresivo, no necesariamente porque estén equivocados, sino porque el mensaje les resulta tan molesto que su reacción es ir en su contra.

Algunos líderes empresariales pueden manejar su forma de comunicarse de manera que se muestren audaces en lugar de dominantes, lo que necesita cierta habilidad.

En situaciones cotidianas, este enfoque no suele caer bien entre las personas que te rodean, por lo tanto es aconsejable evitarlo la mayoría del tiempo.

  1. Estilo de comunicación pasivo

La comunicación de este tipo es llamada también como comunicación sumisa. También se le puede llamar como “tratar de no causar problemas” dentro del estilo de comunicación.

Esta forma de comunicación es distante, previene los problemas y es sencillo de mantener. Sin embargo, ser un comunicador pasivo no garantiza necesariamente la felicidad; de hecho, a la larga, este modo de comunicación puede generar enojo ya que la persona no logra expresar con claridad sus pensamientos, requisitos y aspiraciones.

Las personas que comunican de forma pasiva tienden a ceder espacios y permitir que individuos más decididos o enérgicos tomen el control de la situación.

Puede ser complicado para ellos comunicarse bien y prefieren evitar los conflictos en todo momento. Eso puede resultar en que sus pensamientos no sean tomados en cuenta o que se produzcan confusiones.

En el ámbito empresarial, este enfoque de comunicación puede emplearse como respuesta a una comunicación hostil, especialmente al tratar con un cliente u otra persona con la que no se logra comunicar de otras formas.

Aún así, en una organización, los líderes deben esforzarse en fomentar la comunicación asertiva entre los miembros del equipo con una comunicación pasiva, garantizando que todos puedan expresar sus ideas de manera efectiva y ser escuchados.

  1. Estilo de comunicación pasivo-agresivo

Esta forma de comunicarse mezcla elementos de los estilos de comunicación pasivo y agresivo.

En la superficie hay calma y dulzura, pero por dentro hierve la furia y el rencor. El comportamiento tranquilo enmascara una actitud agresiva en lo profundo.

Esto puede manifestarse a través del sarcasmo, la condescendencia, los rumores o los cotilleos.

Aunque no lo expresen directamente, su decepción se nota en forma indirecta y provoca el mismo resultado que si fueran agresivos: sus colegas evitarán colaborar con ellos.

Esta manera de comportarse puede ser muy dañina en el ámbito laboral, generando malestar y rencores en todo el grupo de trabajo.

Este tipo de comunicación no es adecuado en un ambiente de trabajo. Si hay personas en tu equipo que lo utilizan, es importante ayudarles a cambiar a un estilo más adecuado.

  1. Estilo de comunicación manipulador

Esta forma de comunicación se basa en la habilidad para manejar la conversación y así, influir en las decisiones de quienes están presentes.

Los manipuladores de la comunicación suelen esconder sus verdaderas intenciones detrás de palabras complicadas para lograr lo que quieren sin ser descubiertos por la otra persona.

Normalmente, este tipo de comportamiento se percibe como poco genuino y condescendiente. Cuando la gente descubre que alguien ha intentado engañarla, es probable que no reaccione positivamente a esa persona en encuentros posteriores.

Cuando se pueda, es recomendable que un comunicador manipulador se decante por una comunicación asertiva.

El individuo manipulador tiene metas y objetivos bien definidos, pero no elige el mejor enfoque para alcanzarlos. Si considerara las necesidades de los demás junto con las suyas propias, lograría resultados más positivos sin generar descontento entre sus colegas.